En el dossier de dirección, Meritxell Colell Aparicio apuntaba:  'Buscando estos momentos de verdad, la cámara reaccionará a aquello que vayan descubriendo los personajes. Más allá de la interacción con el espacio, la película plantea escenas donde los protagonistas se alojan en casas de lugareños, compartiendo con ellos comidas y charlas, asistiendo a fiestas y encuentros. No se trata de hacer algo con fines etnográficos sino de ver lo que ocurre cuando dos mundos, a priori tan distintos, interaccionan. Todo el rodaje se llevará a cabo con luz natural o la propia del lugar. La mayor parte de escenas se rodarán en esas horas frágiles, fugaces, en las que uno puede sentir el paso del tiempo en su máxima intensidad. Amaneceres y atardeceres son claves no sólo por su luz, singular, sino también para acompañar esa fragilidad en la que están instalados los personajes, en constante transformación.