Fitzcarraldo

Fitzcarraldo

Werner Herzog

Germany, 1982
Presentation
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“Con la desquiciada furia de un perro que ha hincado los dientes en la pierna de un ciervo ya muerto y tira del animal caído hasta el extremo de que el cazador abandona todo intento de calmarlo, se apoderó de mí una visión: la imagen de un enorme barco de vapor en una montaña. El barco que, gracias al vapor y por su propia fuerza, remonta serpenteando una pendiente empinada en la jungla, y por encima de una naturaleza que aniquila a los quejumbrosos y a los fuertes con igual ferocidad, suena la voz de Caruso, que acalla todo dolor y todo chillido de los animales de la selva y extingue el canto de los pájaros. Mejor dicho: los gritos de los pájaros, porque en este paisaje inacabado y abandonado por Dios en un arrebato de ira, los pájaros no cantan, sino que gritan de dolor, y árboles enmarañados se pelean entre sí con sus garras de gigantes, de horizonte a horizonte, entre las brumas de una creación que no llegó a completarse. Jadeantes de niebla y agotados, los árboles se yerguen en este mundo irreal, en una miseria irreal; y yo, como en la stanza de un poema en una lengua extranjera que no entiendo, estoy allí, profundamente asustado”. Así comienza el prólogo de “La conquista de lo inútil”, el libro que recopila el diario que el cineasta Werner Herzog (Munich, 1942) escribió durante el agónico rodaje de Fitzcarraldo (1982), su obra más emblemática.

La película se basa en la vida de Carlos Fermín Fitzcarrald, un “señor del caucho” de finales del siglo XIX en la región peruana de Madre de Dios, en el Amazonas, fronteriza con Brasil y Bolivia, en plena época de la fiebre del caucho. Cuenta Werner Herzog en una entrevista con Laurens Staub que su amigo Jose Koechlin von Stein, quien le había financiado parte del rodaje de “Aguirre o la cólera de Dios” (1972) y le intentaba convencer para volver a rodar una película en Perú, le contó “la historia de un señor del caucho llamado Fitzcarrald (sin la “o” final). Se trataba de una historia bastante banal de explotación colonial, un hombre que poseía un ejército privado de 5.000 hombre y un territorio del tamaño de Bélgica, poca cosa para hacer una película sobre ello. Le dije que no me interesaba. Entonces él, casi de pasada, comentó que una vez Fitzcarrald desmontó un barco y lo trasladó de un río a otro por tierra, subiendo una colina. Después, sus ingenieros volvieron a montar el barco. De repente, el barco reapareció en otro río y yo tenía mi historia: no una historia sobre el caucho, sino sobre una gran ópera en la selva”.

“Fitzcarraldo” es la historia de una doble obsesión, la obsesión de Fitzcarraldo de construir una ópera en medio de la selva amazónica, y la obsesión de Werner Herzog por rodar la película en las condiciones en que lo hizo. Gran parte del rodaje tuvo lugar en situaciones extremas, en localizaciones del Amazonas muy aisladas, en el cauce del río Camisea. Allí, en medio de la selva, Herzog quiso rodar algo desmesurado: el desplazamiento de un barco de vapor de 320 toneladas desde un río a lo alto de una colina de 500 metros, para desde allí hacerlo descender por la otra ladera sobre las aguas de otro río. Y lo quería hacer de verdad, “sin maquetas, efectos especiales ni ilusionismo cinematográfico barato”. Además de las dificultades de rodar semejante escena, el equipo tuvo que sufrir la dureza y las incomodidades de la vida en medio de la selva amazónica, lejos de toda civilización, lo que en más de una ocasión puso en peligro el proyecto. “Bruden of Dreams”, el making of-documental del cineasta Les Blank, da cuenta del caótico y polémico proceso de realización de la película.

El rodaje comenzó el 6 de enero de 1981. Pero un mes más tarde tuvo que ser suspendido porque Jason Robards, que interpretaba el papel de Fitzcarraldo, contrajo la disentería y abandonó el proyecto. Ante este serio contratiempo, el 18 de febrero Herzog escribe en su diario: “¿Por qué no interpretar yo mismo a Fitzcarraldo? Me atrevería a hacerlo, porque mi proyecto y el del personaje se han vuelto idénticos”. A ello hay que sumar que Mick Jagger, que tenía un papel protagonista, también tuvo que abandonar el proyecto porque el parón hizo que al retomar el rodaje éste coincidiera con el inicio de la gira de los Rolling Stones.

Werner Herzog tuvo que volver a empezar el rodaje casi desde cero, ya que gran parte del material rodado, aquellas escenas donde aparecían Jason Robards y Mick Jagger, ya no servía. Pero Herzog no estaba dispuesto a renunciar a su sueño, como afirma en el documental “Burden of Dreams”: “Si yo abandonara este proyecto, sería alguien que no tiene ningún sueño. Y no quiero vivir siendo alguien así. Vivo mi vida o acabo mi vida con este proyecto”.

Para retomar el proyecto recurrió a Klaus Kinski, actor con el que ya trabajó en “Aguirre, la cólera de Dios” y “Nosferatu, el vampiro de la noche”, para que interpretara a Fitzcarraldo. Ambos mantenían una relación de amor-odio: Herzog definía a Kinski como actor de talento descomunal, pero también “un déspota narcisista y un loco peligroso”, mientras que Kinski le acusaba de criminal, de tirano y de demente. No abe duda de que no podría haber nadie mejor que Kinski para interpretar a Fitzcarraldo, igual que él, un personaje exceso y desmesurado.

Por “Fitzcarraldo”, Werner Herzog obtuvo el premio a la mejor dirección en el Festival de Cine de Cannes de 1982.

Los documentos aquí publicados provienen de los archivos de la Deutsche Kinemathek, tanto los de Werner Herzog, como los de Gisela Storch-Pestalozza, responsable del vestuario de la película, y de Henning von Gierke, el director artístico.

El “archivo personal” de la Deutsche Kinemathek comprende más de 600 archivos: donaciones artísticas y donaciones premortem de cineastas de casi todos los grupos profesionales de la industria del cine y de la televisión, complementado por colecciones de historiadores del cine y de compañías e instituciones con un interés especial para la historia del cine.

Por su parte, el “archivo gráfico” contiene decenas de miles de dibujos de diseño de vestuario y de diseño de producción, más de 25.000 posters de películas así como excepcionales storyboards, dibujos para películas animadas y pinturas y caricaturas relacionadas con el cine y la televisión.

Synopsis
Synopsis: 

El aventurero Brian Sweeney Fitzgerald, más conocido como Fitzcarraldo (Klaus Kinski), es un enamorado de la ópera y está obsesionado con construir su propia ópera en la ciudad peruana de Iquitos, en medio de la selva amazónica. Los grandes latifundistas y los señores del caucho del Amazonas se burlan de su proyecto, y por este motivo, no encuentra inversores que quieran financiarlo. Fitzcarraldo decide entonces financiarlo él mismo. Para ello urde un plan descabellado: explotar comercialmente una zona poco accesible de la selva, rica en caucho, usando para ello un viejo barco a vapor. Pero para evitar unos peligrosos rápidos de agua, primero hay que trasladar el barco de un río a otro por encima de una colina boscosa utilizando para ello únicamente fuerza humana.

158 min / Formato: 1,85

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Inside Cinema Credits
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Documentación, selección y textos: Jurek Sert, Jon Echeverria, Ginte Hewig, Sebastian Heidinger

Archivos: Deutsche Kinemathek (Werner Herzog Archive, Personal archive, Graphics archive)

Fitzcarraldo : Creation process