En el período de preproducción de O Sangue, Pedro Costa y su amigo, el fotógrafo Paulo Nozolino, tomaron fotografías tanto para buscar las localizaciones como para encontrar el universo visual de la película. Dado que fueron más una fuente de inspiración que elementos de documentación, a veces es difícil (e incluso indeseable) separarlos categóricamente. En este sentido, puede ser interesante ver estas imágenes (derecha) junto a las de [Localizaciones].

Observando las imágenes, destaca una atmósfera de aislamiento, que se muestra en espacios suburbanos y zonas industriales. Sin embargo, las fotografías de los espacios del centro de la ciudad -los accesos a los edificios, los almacenes de Grandela, los restaurantes- ya tienen otra vida y claridad. En este contraste se reflejan los dos mundos de la historia: el de los jóvenes (Nino, Vicente y Clara) y el de los adultos (los acreedores y el tío).

Si las comparamos con las imágenes de la película, podemos ver una cierta correspondencia entre el entorno de algunas de las fotografías y el resultado final, como una clara orientación al universo infantil, al entorno lúdico y al espacio escolar, a pesar de que de este último espacio encontramos apenas algunos resquicios de algunas escenas escritas en el guion y eliminadas o acortadas en la película. Aún así, podemos referenciar, en la secuencia de apertura de la película, después de los créditos,  unos niños dando vueltas en la sala y el plano de la conversación entre Clara y Nino junto a la ventana del aula.

Las referencias visuales tienen, en O Sangue, ese potencial para despertar la imaginación y modificar la idea inicial del realizador. Al final del guion, hay varias de estas imágenes e indicaciones de puesta en escena que nos muestran que la intención inicial de Pedro Costa era terminar con esta fuga de Nino a casa, en un viaje de autostop con un camionero. Sin embargo, cuando vemos la película y observamos la imagen del camión alejándose en la niebla, nos damos cuenta de que son los planos de la escena inicial las que mejor coinciden con la mencionada imagen. En este caso, la inspiración fotográfica se traslada desde el final hasta el inicio de la película, y en vez de ser Nino quien regresa, es Vicente quien se dirige a casa al amanecer (abajo, última imagen de la película).